Condúceme de nuevo por el limbo
donde, los dioses del placer
por las calles del deseo nos guiaron.
Muestrame la fragua donde forjas
la tibieza de tu acento
y la ternura de tu abrazo.
Transcurre los minutos
con la memoria de las horas en que
como dioses inhumanos nos amamos.
Artesanos sin pudores
de que te quieros y te amo...
Fruta madura de rama derramada,
para ser tomada y devorada.
Pares y nones en partida
de dos bocas ajustadas...
Nos bebimos las horas
y pasamos sed de tiempo...
Ni pedirte debo,
ni ofrecerte mas yo puedo.
Tener dos corazones quiero,
uno para amarte, y el otro
para apoyar el primero.
Porque con uno no basta
para albergar un reten,
de tanto amor prisionero.
Solo de tu memoria me alimento
cuando en tu ausencia yo te pienso,
y me bebo a sorbos el recuerdo
de aquellos jugosos besos
que tus labios me brindaron,
con el apremio de quien ve morir
el breve tiempo que al dia robamos.
Derramate en mi piel sedienta.
Cobijate en mis rincones humedos.
Bendice mis labios
con el signo de tus labios.
Rinde tu pena ante mis abrazos,
y ajusta en mi cintura tus manos
porque hoy quiero ser tuya
imaginandonos entre espigas
de brotes de trigo temprano,
con el corazon en alza, la mente abierta
y el latido desatado,
sabiendo mi cuerpo tuyo
y tu piel... mi abrigo mas preciado.
Yo, a tus pies, en busca del lunar oculto
que reclama el deseo de mis labios...
sere hembra sumisa, o dominante a ratos.
Mi corazon fiero asi te imagina
en esta noche vacia de tu presencia,
pero de hoguera encendida
con los leños de mi reclamo.
Del amor no hay olvido, ni suplencia.
Cuando se ama como yo te amo.