Nuestra amistad es roja y blanca,
se ha mantenido azul, aún en situaciones negras.
La hemos nutrido,
y la hemos matizado de amarillo y anaranjado,
así la hemos convertido.
Y la hemos sabido tornar de color verde
para mantenerla viva, aunque traten
de pintarla de gris.
Sí, así es nuestra amistad, tan intensa
como el rojo y tan pura como el blanco.
La hemos mantenido fuerte como el azul,
aún en momentos de negra desolación.
Hemos sabido alimentarla y nutrirla,
convirtiéndola brillante y vivaz como el amarillo,
y tan alegre como el anaranjado, así la hemos matizado.
Hemos aprendido a tornarla optimista y esperanzadora,
como el color verde así lo representa.
Para mantenerla viva,
aunque otros traten de pintarla con gris enemistad.
Sí, así es nuestra amistad, una gran gama de colores.
Donde estos no solo tienen el mero
significado visual que siempre se le atribuyen.
Sino que cobran vida, ganan significado y expresan un sentir.
Alegremente anaranjado, fuertemente azul,
verde optimismo, brillante amarillo,
intensamente rojo, puramente blanco.
Sí, así son los colores que la definen.
Sí, esos son los bellos colores
de nuestra amistad.