Sentada en la orilla con la mirada en el horizonte, la fresca brisa
marina traía los bellos recuerdos
de aquella época inolvidable.
El amor llegó temprano a su corazón, a lo lejos lo veía compartir risas,
tiempos,
había una distancia que los separaba no era física, era generacional.
Ignoraba él, las fantasiosas noches
vividas a su lado en el lecho de su aposento,
por el momento, solo eso tenía.
Pero aquella mañana de verano, tomó la decisión, no resistía más verlo
compartir esa sonrisa
que consideraba suya.
Se dirigió con andar seguro al grupo ajeno a ella,
Hola..! le dijo
todos miraron extrañados primero a ella,
luego al saludado,
que hacía ella ahí..?
Hola..! respondió sorprendido.
Luego…..silencio..
no se necesitaban palabras, ya estaba todo dicho en aquella mirada.
Se separaron del grupo, caminaron en silencio por la arena fresca y húmeda.
Entramos..? preguntó..?..vamos..fue la respuesta.
El mar extendió sus olas abrazando a los visitantes,
cabellos mojados, risas compartidas,
nadaron,
nadaron..? no..!
se deslizaron mas bien sobre las aguas frias rumbo a la pequeña isla
frente a la playa de siempre.
Sirvió aquella travesía para romper el silencio entre ellos.
Hola..le dijo nuevamente..
hola…respondió él….
Se acercaron, se tomaron de la mano, empinándose
depósito el primer beso de su vida en los labios del dueño de sus sueños.
Corrió entre avergonzada y feliz por su osadía,
él,…. fue detrás de ella, alcanzándola le entregó un puñado de arena,
….mientras exista arena en esta playa recordaré este momento le dijo
besándola tiernamente.
De regreso, las miradas amigas no dijeron nada, comprendieron…!
HCC/Marzo 2015